Practicum II del Título de Pedagogía

 

 

Practicum

sobre

LA FORMACIÓN PERMANENTE

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

impartido por:

JUAN YANES GONZÁLEZ

Profesor del Departamento de Didáctica e Investigación Educativa y del Comportamiento y perteneciente al área de conocimiento de

DIDÁCTICA y ORGANIZACIÓN ESCOLAR

 

 

 

 

 

 

 

CENTRO SUPERIOR DE EDUCACIÓN

UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA

 

1. Sentido del Practicum

 

Los Practicum II del título de Pedagogía están concebidos como un conjunto de prácticas profesionalizadoras que las áreas de conocimiento que imparten troncalidad en el segundo ciclo deberán facilitar al alumnado. En cumplimiento de esta decisión, el área de conocimiento de Didáctica y Organización Escolar oferta este Practicum centrado en la formación permanente.

Por lo que respecta a la formación permanente del profesorado (cuenta con una mayor trayectoria respecto al resto de profesiones e instituciones), no parece que el optimismo pueda ser el tono que inspire un examen desapasionado, en nuestro país. Ésta sigue siendo una actividad voluntaria que, por ejemplo en Canarias, sólo afecta a un tercio de los 23.000 profesores y profesoras que forma la plantilla de nuestras Islas. En los últimos treinta años, sin embargo, hemos pasado de un modelo de formación permanente, limitado, ineficaz y en cierta medida elitista —inexistente para muchos—, encarnado por los ICEs, a poder hablar de un paisaje diverso de propuestas de formación. De la inexistencia de formación en los años setenta, hemos pasado a una situación bien distinta. Contamos con planes, con una multiforme oferta encaminada al desarrollo profesional de los docentes y con un conjunto de instituciones específicas para dicha formación. Parece que puede empezar a hablarse de políticas educativas relacionadas con la mejora y la cualificación del profesorado en el ejercicio de la profesión. Políticas de formación, en algunos casos, resultado de consensos diversos, de procesos de debate democrático y descentralizado. Pero no es menos cierto que el mapa que se dibuja nos ofrece un panorama muy heterogéneo y, en ocasiones, contradictorio. Detrás de la retórica oficial de las distintas administraciones, subsiste el minifundismo y la atomización de las políticas de formación, la insistencia en modelos puramente culturalistas o la promoción de la formación como un mecanismo de acreditación, en contradicción con otras políticas curriculares y educativas. Se produce el fenómeno de "sobreoferta" formativa, de la saturación, de una cierta mercantilización. Correlativamente apunta el fenómeno de la escasa participación del profesorado, frente a la oferta apabullante de formación, presentada en ocasiones, de forma torrencial y caótica. Se suceden los distintos gobiernos y se ponen de manifiesto la falta de continuidad, la falta de entusiasmo o la precariedad de este tipo de políticas.

Desde los años setenta nuestro país se ve afectado por la ola de reformas educativas que afectan a los sistemas educativos occidentales. Con la democratización el sistema educativo inició una serie de profundas reformas que han afectado a todos sus componentes: centros, profesorado, curriculum, sistemas de control, participación, sistemas de asesoramiento, etc. Uno de esos cambios ha afectado sensiblemente a la formación del profesorado y vinculado a este fenómeno aparece por primera vez todo un sistema de apoyo a la escuela y la función del asesoramiento. En Canarias los Centro de Profesorado (CEPs), encarnan institucionalmente la estrecha vinculación de esos dos fenómenos. A lo largo de estas dos últimas décadas —con notables contradicciones, carencias y demoras— se ha ido creando una auténtica red institucional de formación permanente que tiene en la figura de los asesores y asesoras una de sus piezas fundamentales. La red de CEPs consta de 19 centros distribuidos a lo largo del Archipiélago y a penas 130 profesionales —para una población estimada de 23.000 profesores y profesoras, trabajando en 1200 centros educativos— que desarrollan labores de asesoramiento y apoyo a la formación.

El CEP, por tanto, representa la institución "por definición" en la que se trabaja para el desarrollo de la formación permanente y, en su calidad, puede ofrecer, como ninguna otra, el aprendizaje del proceso que comienza con la detección de necesidades y culmina con la evaluación de las actividades formativas y las correspondientes propuestas de mejora.

Este proceso guiará cualquier plan de formación en cualquiera de los ámbitos a los que nos podamos dirigir, en el futuro profesional (centro educativo, empresa, ONG, etc.) y por ello trataremos de acercarnos también a la formación en otras instituciones, valorando las adaptaciones necesarias.

En este sentido, está previsto el desarrollo de actividades formativas en una empresa del sector de medioambiente, así como en una confederación de empresas y en una fundación.

 

Este Practicum pretende, pues, ampliar el curriculum de pedagogos y pedagogas aportando las condiciones necesarias para la adquisición de habilidades y competencias precisas para poder ejercer tareas de apoyo y asesoramiento, en materia de formación, en cualquiera de los ámbitos mencionados. También pretendemos que el alumnado que curse este Practicum conozca el funcionamiento de los Centros de Profesorado (CEP), en profundidad, ya que representan la pieza clave en el desarrollo de la formación permanente.

2. Finalidades del Practicum

Lo que se pretende con este Practicum es la comprensión de la cultura institucional, fijándonos de manera especial en la dimensión de formación. Establecemos como objetivos más concretos los siguientes:

En primer lugar, pretendemos conocer, analizar y comprender el funcionamiento de las instituciones: su historia, su funcionamiento interno, sus estructuras organizativas y las funciones de los órganos que lo componen así como sus planes de trabajo. Pero además pensamos que sería bueno el conocimiento próximo de la institución, no sólo el meramente formal, sino aquel que hace que esa institución sea algo peculiar.

El segundo objetivo que planteamos es la identificación, descripción, análisis, comprensión y valoración de las acciones de formación que se desarrollan en la institución. Esta segunda finalidad está relacionada más directamente con las acciones de formación y apoyo que desarrolla esta institución. Se trata de que el alumnado comprenda lo más significativamente posible el sentido de las principales acciones encaminadas a potenciar la formación y el conjunto de tareas complejas que desarrollan los/las profesionales en torno a estas tareas.

En tercer lugar, planteamos como objeto del Practicum el estudio de las funciones que desarrollan los/las profesionales de la institución. Se trata, en la medida de nuestras pasibilidades el descubrir cómo viven esas personas su experiencia de promover y apoyar la formación permanente.

Estos objetivos implican la realización de un esfuerzo por comprender e inferir, desde la práctica, los modelos teóricos a los que responde el conjunto de estrategias o acciones de formación. Se trata, por tanto, de ver desde las distintas prácticas, lo que hay detrás de ellas. La filosofía o las filosofías que marcan y colorean de forma diversa —no siempre coherente— la formación permanente.

 

 

3. Relación del Practicum con contenidos

previos de la Carrera

 

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Los contenidos que subyacen a este Practicum tienen que ver con la formación del profesorado. Por tanto, estarán relacionado con las siguientes asignaturas troncales u obligatorias: Didáctica General, Organización y gestión de centros educativos, Diseño, desarrollo e innovación del curriculum, Evaluación de Programas, centros y profesores, Formación y actualización de la función pedagógica. Y con las optativas: Cambio y desarrollo del curriculum en los centros educativos, Asesoramiento y sistemas de apoyo a los centros educativos, Profesorado y el desarrollo del curriculum, Diseño, desarrollo y evaluación de materiales educativos y Sociología del profesorado.

4. Metodología

 

Entendemos por metodología el tipo de tareas, su secuencia y el modo en que deben llevarse a cabo, que tanto el alumnado como el profesorado tutor desarrollarán en el contexto de este Practicum. El modelo de trabajo se organiza para facilitar el análisis y solución de problemas prácticos de modo reflexivo y colaborativo. Para ello, invitamos al alumnado a sumergirse en esta experiencia y a utilizar los instrumentos que usamos en nuestra vida ordinaria para dilucidar los problemas con los que ha de enfrentarse, la realidad que ha de desentrañar. Eso que hemos venido denominando, reiteradamente, bajo las operaciones de describir, analizar y comprender la realidad y los procesos que ocurren delante de nosotros.

Utilizaremos tres instrumentos para la recogida de información. El primer instrumento será la documentación. Durante la estancia en la institución hemos de tener siempre presente la necesidad de solicitar documentación. Hemos de velar por la confidencialidad de determinados documentos, pero siempre que nos sea posible, trataremos de tener acceso a actas, cuadernos de notas, programaciones, circulares, trípticos, etc. Los documentos nos deben ayudar a comprender la realidad que estamos viviendo. En la medida de nuestras posibilidades hemos de archivar fotocopias de los mismos y ordenarlos cronológica o temáticamente para que nos sean útiles a la hora de redactar el INFORME FINAL.

El segundo instrumento que proponemos al alumnado del Practicum es la utilización de la observación participativa. Proponemos esta estrategia de recogida de información dadas las especiales circunstancias en las que se desarrollará, previsiblemente, la experiencia de prácticas en las instituciones: estarán tutorizadas por un/a profesional (con el/la cual deberán llegar a tener un trato cordial) con el/la que colaborarán y harán frecuentes y prolongadas estancias, participando en las tareas, en las dependencias de dicha institución, con la consiguiente familiaridad que ello conlleva, y que les permitirá llevar a cabo una observación de estas características. El resultado de esas observaciones ha de quedar recogido en un Cuaderno de campo. El cuaderno de campo podrá o no (según el gusto o la habilidad de cada cual) servir de base para la redacción de un diario. La cuestión es que debemos llevar un registro donde queden reflejadas, de forma pormenorizada, todas y cada una de las contingencias observadas durante el periodo de estancia en el campo: circunstancias (espacios, ambientes), personas y contenidos de la interacción entre las personas. Dicho de forma más simple: conversaciones (formales e informales) en las que nosotros mismos intervenimos, conversaciones de terceros, reuniones, conversaciones de café, de pasillos, reuniones preparatorias, reuniones de valoración, etc. Hay personas que incluso llegan a reflejar las lecturas que hacen y las sugerencias e interpretaciones que realizan.

El tercer instrumento que utilizaremos para recoger datos y poder describir, analizar e interpretar el conjunto de procesos en los que estaremos inmersos, será las entrevistas. En el transcurso del Practicum hemos de reservar un espacio para interrogar de forma pausada a aquellos informantes que consideremos claves por el tipo y la calidad de la información que puedan proporcionarnos. Las entrevistas las grabaremos en cinta y las transcribiremos para que nos sirvan también de soporte a los análisis de la realidad que vamos a estudiar.

Descripción, análisis y comprensión de cada institución. Partimos del supuesto de que cada institución representa un contexto organizativo complejo al que no se puede acceder bruscamente. Por tanto, es necesario dedicar un tiempo al conocimiento de la institución tanto en sus aspectos estructurales como los relativos a los valores, tipo de relaciones, procesos de toma de decisiones, etc., que predominan. Ese conocimiento, además de ser útil para la formación del alumnado en prácticas, es imprescindible para que su relación con el centro sea provechosa.

A tal efecto, el alumnado, apoyado por el profesorado tutor, debería tratar de conocer el centro: su historia; su organización (formal e informal); tipo de liderazgo; tipo de relaciones; recursos; contexto; planes. Debería, así mismo, crearse un clima de colaboración entre los alumnos en prácticas y el equipo profesional, para lo cual es imprescindible la disponibilidad del alumnado y la dedicación y el celo de tutores y tutoras que voluntariamente asuman la acción de tutelar al alumnado en prácticas.

Una vez se hayan sentado las bases de esa relación, puesto que durante todo el período de prácticas se continuará este proceso, el trabajo consistirá en el estudio de las tareas y acciones de formación y asesoramiento que desarrolla la institución, en especial las que pretenden potenciar y facilitar la formación permanente.

El desarrollo de este trabajo se llevará a cabo mediante un proceso de aprendizaje experiencial y colaborativo, que es el que subyace a los procesos de supervisión práctica cuando se trabaja con grupos y no sólo con individuos. Se denomina así porque pretende que el alumnado obtenga aprendizaje de su propia experiencia práctica, básicamente a partir del trabajo colaborativo entre los que forman el grupo de prácticas.

La institución ha de tratar de que el alumnado tenga una experiencia lo más amplia posible del conjunto de acciones que desarrolla tanto dentro como fuera de la institución, para que el alumnado puede, como colofón del Practicum, elaborar un informe en el que se recogerá todo el proceso de trabajo llevado a cabo. La elaboración de este informe será individual.

 

5. Desarrollo

A continuación vamos a especificar el tipo de tareas que se llevarán a cabo en cada una de las fases del desarrollo de este Practicum.

 

1ª Preparación de las prácticas:

El profesorado tutor, de la Universidad, dará a conocer el programa especifico (objetivos, contenidos, tareas a realizar, temporalización, evaluación, tutorías, informes, etc.), al grupo de alumnos/as que le haya sido asignado. Previamente ya lo ha hecho a las instituciones colaboradoras.

Se dedicará un tiempo de esta fase a actualizar y completar los conocimientos y las habilidades necesarias para llevar a cabo el conjunto de tareas que se proponen. Al término de la misma se realizará una evaluación que permita conocer si el alumnado está preparado para acceder a la institución.

El profesorado tutor de la Universidad facilitará el contacto inicial del alumnado con la institución, a la cual se habrán adscrito siguiendo los criterios seguidos para seleccionar el programa del Practicum II, preparando la primera visita.

Se facilitará al alumnado toda la documentación necesaria para el desarrollo de las prácticas. Finalmente, se establecerá el calendario de trabajo, tanto en la institución correspondiente como en las tutorías.

La duración de esta fase será de 15 horas, 10 de ellas presenciales.

2ª Desarrollo de las prácticas:

El desarrollo de las prácticas abarca dos tipos básicos de actividades: las que se llevan a cabo en las instituciones colaboradoras correspondientes y las de seguimiento y desarrollo entre el alumnado y el profesor tutor de la Universidad.

El alumnado permanecerá en las instituciones 6 horas semanales y dedicarás 2 horas más a la elaboración del diario e informes de progreso, durante las trece semanas que dura el Practicum, excepto los períodos vacacionales.

Al mismo tiempo, un día a la semana asistirán en el Centro Superior de Educación a las sesiones de seguimiento para asesorarse sobre el desarrollo del Practicum, analizar las tareas desarrolladas, etc. El conjunto de las sesiones de seguimiento tendrán una duración de 21 horas.

Periódicamente se celebrará una reunión de coordinación entre los profesionales colaboradores/as de cada grupo de prácticas con el tutor de la Universidad. La periodicidad y duración de las mismas estará en función de las necesidades que vayan surgiendo.

3ª La evaluación de los alumnos en prácticas:

Al finalizar el cuatrimestre se desarrollará la evaluación del alumnado. Además de la realización del informe, la evaluación supondrá la elaboración y defensa de un INFORME de AUTOEVALUACIÓN, en el que el alumnado debe reflexionar y valorar su trabajo, que será contrastado con la valoración del colaborador o colaboradora y la del tutor. De esa "triangulación" surgiría la valoración individual de las prácticas que emitirá el tutor. En la fase de preparación se plantearán más detalladamente los criterios para la evaluación.

A esta fase se dedicarán 10 horas. En este tiempo se incluye tanto el trabajo directo con el alumnado (5 horas mínimo) como las posibles reuniones con los colaboradores/as.

 

La Laguna, octubre del año 2003